
Sé que hemos estado soñando veinte largos años con la esperanza de volver a la élite del baloncesto y parece que aunque sabemos que ahora ya no estamos dormidos tenemos ganas de apagar ese maldito aparato sonoro. ¡Hay que despertar ya! ¡Estamos aquí, vivos, en la ACB!
Por mucho que se empeñen los medios, aficionados y diferentes entidades y personas en general, cualquier titular o enunciado que siga manteniendo la palabra sueño, quimera o cualquier tinte de irrealidad me parece pasado. ¿Y por qué digo esto?
El Obradoiro puede. Es díficil, ya lo sé, pero repetir una y otra vez los condicionantes que desde el principio determinan este proyecto es ahundar en la redundancia porque además de que todos los sabemos, también hay que recordar que todos los equipos los tienen en mayor o menor medida. El Obradoiro puede, si quiere. Y no tacho aquí la actitud de la plantilla, (lo más fácil para algunos) profesionales de mayor o menor calidad que confío (sí todavía lo hago) en que cumplan con su cometido. Por encima de ellos hay un entramado que debe también darse cuenta de que el despertador sonó hace ya casi un mes y siguen metidos bajo gordas mantas de Béjar.
¿Como vamos nosotros a soñar con batir al Caja Laboral? ¡Jesús! ¡Que ni se nos pase por la cabeza!.. Realistas hay que ser, siempre, pero si Oleson, Herrmann y para más INRI English están fuera, podemos permitirnos confiar no sólo en las cosas que nosotros podemos hacer bien, sino en las cosas que ellos pueden hacer menos bien.
Si algo me ha enseñado el vivir el baloncesto en una ciudad pequeña y con un equipo, por llamarlo de algún modo, modesto, es que no hay nada imposible. Ayer mismo, a raíz de un reencuentro por la red, recordaba el partido que enfrentó al Breogán con el Caja San Fernando, en la temporada 2001-2002, un 9 de Marzo de 2002, dos días después de que yo cumpliese 14 años. Breogán perdía de 7 puntos a 52 segundos del final pero sí, ganamos aquel partido con la cuminación de un pase de Nikola Loncar que vio a Ricardo "Corazón" González prácticamente sólo delante del banquillo visitante y metió la canasta de dos que nos daba el partido y nos acercaba la permanencia.

El Obradoiro hoy ha dejado escapar una oportunidad más de salir de la zona roja de la tabla, que todavía comparte con el Unicaja. Tras tratarse de tú a tú, y dominar en el marcador durante más de tres cuartos y medio con el "Todopoderoso Caja Laboral" dejó escapar cinco minutos que nos enterraron bajo 19 puntos, en los que otra vez los bases fueron fundamentales, sobre todo en el duelo Aguilar/Ribas. 20 puntos en menos de 5 minutos para un parcial total de cuarto de 34-10
Sé que muchos dirán que es demasiado pronto, que hay que dar tiempo, que jugamos bien, pero que la próxima vez no se nos escapará, que hay que dejar que se coexionen y todo eso. Simplemente lamento que una vez más prefiramos el calor de las mantas a la lluvia de Santiago, y recordar que aunque el despertador sea uno de los elementos que más golpes recibe en su vida, pensad cuantas veces habríamos llegado tarde sin uno.
-La sabiduría suprema es tener sueños bastante grandes para no perderlos de vista mientras se persiguen.-