Hoy voy a publicar una entrada especial después de haber acudido al partido Breogán-Alicante, partido clave para que el Breogán consiguiese un posible ascenso directo. Como no sólo el resultado, si no la misma evolución del partido en sí ha provocado en mí un profundo disgusto, voy a expresar mi descontento en mi blog personal. Y repito esto, al mismo tiempo que pido disculpas de antemano si con mis opiniones hiero o lastimo a alguien. Es mi opinión personal.
Lo cierto es que no sé por donde empezar. El partido comenzó bien, siendo fuertes en defensa (dejamos al Alicante en 12 en el 1º cuarto) y buscando buenas opciones de ataque con finalización positiva. El Alicante defendió duro desde el principio y los colegiados volvieron a enseñándonos otra vez su “gran” nivel.

El Breogán tiene un sistema de juego que se basa en una sola opción de ataque. Hace su sistema, su jugada, y si anota bien, si no, baja rápidamente para lucir esa “apreciada” defensa. No hay segundas opciones y no vamos al rebote ni siquiera en los tiros libres cuando recuerdo que nuestros hombres altos son un 2.02, un 2.04, un 2.05, un 2.07, un 2.08, un 2.12 y un 2.13, uno de los interiores más altos de la categoría.
Además, no reaccionamos ni establecemos nuestro juego en función del juego rival. Si una jugada no sale, no la variamos ni hacemos otra, atacamos de la misma forma, tres veces si hace falta (véase por ejemplo la jugada cabeza, hecha al final del tercer cuarto en donde, la primera vez se disuelve porque no se cubren los espacios, la segunda remata en una precipitada acción de Dani y la tercera termina en otro arrojado lanzamiento de Corbacho. ¿Esto a que nos lleva? Pues, en partidos como hoy a no anotar en 6 minutos consecutivos como los últimos 3 minutos del 3º cuarto y los 3 primeros del último. En defensa, igual, y es que no nos importa que nos metan tres triples seguidos, no variamos la defensa y no punteamos los tiros.
Otro asunto curioso son las rotaciones. Entiendo que nuestros hombres “fuertes” descansen pero no comprendo como Lucho y Ordín juegan 10 minutos cada uno después de su larga ausencia de las canchas, cuando además su colaboración al juego fue escasa. No entiendo tampoco el caso Phillips, que parece más o menos recuperado de su dolencia y fue, sin duda alguna, el mejor jugador en el pasado partido con el Rosalía, cogiendo 11 rebotes, 5 de ellos en ataque y hoy no pisó el parqué.
El tema arbitraje es también muy atractivo para el debate. Todos sabemos que los colegiados LEB no demuestran un nivel adecuado para la calidad de la competición, pitando faltas cuando no son y no pitando las claras, olvidándose SIEMPRE de los tres segundos en zona, señalando pasos, aunque no se levante el pie de pivote, cuando ven muchas piernas y se lían, al mismo tiempo que siguen consintiendo los pasos de salida etc. Caso aparte es la parcialidad, que en nuestro favor, caso no muy lejano, o en nuestra contra, es siempre factible.
Aún así el arbitraje no es decisivo siempre, y menos hoy. Los árbitros, inflados de poder, no se dan cuenta de que son usados para evadir responsabilidades, forzados a pitar técnicas absurdas cuando el partido ya está decidido.
Y es que aunque no lo parezca, nos damos cuenta, y sí, el partido ya estaba decidido. Es muy bonito regalarle victorias a la afición, pero a esta afición no se le puede engañar ni manipular. La afición de Lugo, si se caracteriza por algo, es por el apoyo incondicional que siempre ha dado al Breogán. Acude a todos los encuentros, incluso a los que se disputan fuera de casa, anima, alienta, lo protesta todo, tenga o no la razón, grita y jalea durante las casi dos horas de los encuentros. Además no es una afición ignorante. Nos hemos criado en ACB y llevamos un bagaje que nos permite opinar con juicio y criterio sobre las decisiones técnicas y arbitrales. Posiblemente sea lo mejor que tiene el Breogán, 6º jugador en todos los encuentros y determinante en muchos ellos. La afición de Lugo es ACB.
Y es que con este equipo este año parecía, y hablo en pasado refiriéndome al ascenso directo, que la vuelta era factible. No volveremos a tener en años, jugadores de tanta calidad como este año. Tenemos a uno de los bases más determinantes de la categoría que vive en Lugo su madurez como jugador. Uno de los aleros más trabajadores, y con mejor técnica individual tanto de ataque como de defensa, uno de los pivots más poderosos, jugador nobel pero inteligente, con fuertes defectos defensivos pero calidad suficiente en ataque para prosperar y llegar a lo más alto o dos de los jugadores comunitarios con más proyección, debido a su juventud y poderío físico de la liga. Un equipo para ascender, de gran inteligencia y calidad profesional que transmite también un, como se acostumbra decir “buen rollo” de cara a la galería.
Y es que hay alguien que elude responsabilidades. Es cierto que ha contribuido a ganar 11 de los 14 últimos partidos, pero también es cierto que en ese calendario no se incluyen ni el Valladolid, ni Tenerife, ni Melilla, partidos que nos vienen ahora de cara. Perder es parte del juego, pero hay mil formas, y perder por uno en reiteradas ocasiones, después de dominar todo el partido o perder de más de diez puntos bajando los brazos al final no entra dentro de mis esquemas. Ganar sin presión, a equipos de media tabla es, sino sencillo, menos complicado que a tus iguales. Y es que como decía Séneca “In Tempesate Bonum Nautam Cernit” que viene siendo, para los que no sean unos frikis de la Historia Antigua, como yo, que en la tempestad se ve al buen navegante.
Está claro que en esta alianza de la que formamos parte, hay alguien que no da la talla. Y tanto la plantilla como la afición merecen todo mi respeto y apoyo.
Aún así el arbitraje no es decisivo siempre, y menos hoy. Los árbitros, inflados de poder, no se dan cuenta de que son usados para evadir responsabilidades, forzados a pitar técnicas absurdas cuando el partido ya está decidido.

Y es que con este equipo este año parecía, y hablo en pasado refiriéndome al ascenso directo, que la vuelta era factible. No volveremos a tener en años, jugadores de tanta calidad como este año. Tenemos a uno de los bases más determinantes de la categoría que vive en Lugo su madurez como jugador. Uno de los aleros más trabajadores, y con mejor técnica individual tanto de ataque como de defensa, uno de los pivots más poderosos, jugador nobel pero inteligente, con fuertes defectos defensivos pero calidad suficiente en ataque para prosperar y llegar a lo más alto o dos de los jugadores comunitarios con más proyección, debido a su juventud y poderío físico de la liga. Un equipo para ascender, de gran inteligencia y calidad profesional que transmite también un, como se acostumbra decir “buen rollo” de cara a la galería.

Está claro que en esta alianza de la que formamos parte, hay alguien que no da la talla. Y tanto la plantilla como la afición merecen todo mi respeto y apoyo.